miércoles, 6 de noviembre de 2013

Mus Musculus (Parte II)

Esta era una de las hipótesis. La Rata-Paloma
Domingo por la tarde, hace 20 días. Llego a casa y me encuentro con una banana a medio comer. Sobre la mesada los pedacitos de cascara meticulosamente descartados me hicieron imaginar las hipótesis mas disparatadas. Gusanos, palomas, ratas, monos o un alien. Cualquiera era valida, estaba aterrorizada.

Miércoles por la mañana, hace 17 días. Reunión con cuatro vecinos, casualmente los que vivimos en los departamentos que dan al interior de la manzana. Todos con el mismo inconveniente: banana a medio comer con la cascara cuidadosamente desechada en la mesada de la cocina.

En los demás departamentos, también había manzanas, naranjas y arroz. Pero el visitante elegía exclusivamente la fruta alargada de cascara amarilla y olor dulzón. En realidad, media fruta, nunca se las terminaba. Por un momento creí que la hipótesis del mono resultaría ser la ganadora.

Claro. Un gato. Como no se me ocurrio.
Viernes por la noche, hace 15 días. Don Luis, el vecino del 3ro, vio lo que le pareció -por el tamaño- un gato, que se escabullía por un hueco minúsculo entre la pared y el caño del tiraje del termotanque.

“Claro. Un gato.”

Jueves por la mañana, las nueve y media, hace tres días. La vecina del 4to se levanta a prepararse el desayuno. Cuando abre la puerta de la cocina un olor a muerte la knockea y una sensación de sutil desorden la confunde. El olor viene de la heladera. Pero no es la heladera. No. Viene de atrás del aparato. Con dificultad y temor ante lo que podría encontrarse consigue moverlo.

debajo de mi ventana: confites venenosos.
Con horror descubre los restos del Mus Musculos que tenia proporciones felinas. La Rata-gato que había estado comiéndose las bananas de todo el edificio fue victima del veneno estratégicamente colocado en la terraza y en algunos departamentos.

Los vecinos festejan, “¡la rata ha muerto!”, pero yo no puedo dejar de observar el pequeño hueco, que también hay entre mi pared y el tiraje del termotanque. Si entró una, me es imposible creer que lo haya hecho sola. ¿No?

sábado, 2 de noviembre de 2013

Dígame Licenciada

No tenia ni ganas de ir al acto de entrega del Titulo. Muy a mi pesar parecía que FIUBA se empeñaba en quitarme toda pizca de cariño que pudiera llegar a tenerle. 

“No seas tarada”, me dijeron, “La vas a pasar bien. Vas a ver.”
"Este sistema solo muestra trámites en curso.
Una vez concluidos solo es posible
consultarlos por un lapso de 60 días.
 El período transcurrido desde la
 culminación de este trámite es igual a 121 días."

Hace apenas dos semanas me dieron el titulo!! ¿!y uds.
ya lo tenían hace 121 días!?

Sabida es la relación amor-odio que todo estudiante desarrolla con su Casa de Estudios, y yo no soy la excepción. La semana de la Jura me pico por la nostalgia y empece a revisar algunos post viejos donde hago honor al nombre del blog. Me sonreí mas de una vez y recordé muchas cosas: algunas muy buenas y otras bastante malas. Y pensé:  “No fue tan horrible. Después de todo, acá estoy ”

Pero mientras miro el techo atontada con tantos recuerdos feliz por haber sobrevivido a la carrera, como despertador en día Domingo se me vino a la cabeza la ultima etapa: el tramite del Titulo. Que traquilamente podría ser el nombre perfecto de una película de terror, llena de personajes siniestros y de misterios inentendibles, eso si!, muy lenta. Y larga. El tramite del titulo es la última gran prueba, la aventura mas peligrosa. Aunque mas peligrosa para los administrativos de la UBA, claro. Ya que esta en riesgo la integridad física de estos sujetos por cada futuro graduado que maltratan.

Mi experiencia, fue en algunos casos extrema. Puedo decir que agotó cualquier indicio de paciencia que pudiera quedarme con la burocracia universitaria. 

Después de seis meses de juntar los documentos que me solicitaban, debo haber tenido al menos tres intentos fallidos antes de poder comenzar el tramite. Pero no había nada de que preocuparse, las  chicas de títulos siempre fueron muy atentas:

“¡Ah!... mira... te falto una firmita en este papelito... tenes que volver a legalizarlo”

“¡Pero!... no está tu segundo nombre acá, ni acá... y ¿mira! Acá tampoco... cht cht cht [chasca tres veces con la lengua] … no nena, no te puedo tomar estos papeles así, anda al CBC y a UBA XXI y pedí que te los arreglen...y legaliza todo otra vez... ”

“¿A ver?¿trajo todo? Déjeme ver. … ¡ah! No, Falta el acta de nacimiento. Es fundamental que constatemos que usted, efectivamente, nació.” 
¡¡Al fin!! Momento épico. Me entregan el titulo.

No habían avisado, que la Licenciatura en Análisis de Sistemas incluía un doctorado en Paciencia y Auto control.

Por suerte la historia concluye sin asesinatos. Y tenían razón: el acto estuvo bien, hasta lo disfruté. Además no hay duda que era necesario concluir con la mayor pompa posible esta etapa. El acto fue mas divertido que emotivo. Tanto el Subsecretario del Departamento de Graduados como el Decano fueron muy elocuentes en sus discursos y supieron ganarse los aplausos. En mas de una ocasión consiguieron que se nos escaparan algunas carcajadas y mas de una sonrisa recordando los periplos que atravesamos para poder alcanzar el tan anhelado cilindro de papel. 

Pero el merito no es solo mio, también es de mi familia y amigos que se bancaron toda la carrera conmigo. Por ello les agradezco infinitamente, y solo puedo advertirles: prepárense para la próxima locura. Por que de eso se trata la vida: de seguir en movimiento. Y si así no lo hiciereis ¡¡la Patria os lo demande!!